La búsqueda de un embarazo, la gestación y la maternidad son situaciones nuevas, imprevisibles e incontrolables. Una etapa en la que las novedades, incertidumbres, felicidades y angustias están a la orden del día. Esto supone estrés a la máxima potencia para cualquier mujer y para muchos hombres.
Un evento tan feliz como es la maternidad genera siempre estrés a cualquier madre por la necesidad de adaptación a esta nueva etapa de la vida. En el caso de una mamá que sufre TOC este cambio y las dificultades que conlleva, tales como no saber cómo manejarse con el bebé, sensación de incompetencia o culpa por posibles errores, irritabilidad, ansiedad, miedos, temores, falta de sueño, cansancio suelen ser precursores de un brote de intrusiones y compulsiones.
Estos episodios se vuelven especialmente dolorosos si además de las intrusiones tienen que ver con la seguridad del bebe. Estas intrusiones parecen aberrantes y generan gran malestar y sentimiento de culpa. Debes saber que en ningún caso significan que seas una mala madre; muy al contrario significan que al ser tu bebe lo que más te importa en el mundo, todos tus pensamientos, hasta los intrusivos, giran en torno a tu hijo y es la intensidad del estrés emocional lo que hace que te sientas así.
No lo sufras sola, busca ayuda profesional y pide apoyo y ayuda a tu entorno con el cuidado del bebe, si aprendes a entender qué te ocurre y porqué podrás liberarte de tu malestar y disfrutar plenamente de la experiencia de la maternidad.