Es comprensible que cuando uno lo está pasando mal desee que su problema desaparezca y poder olvidarse de él, pero es importante que no lo concibamos como dos extremos (estar bien/estar mal) sino como un continuo. El objetivo siempre ha de ser el de mejorar, reduciendo el problema al mínimo y que estorbe lo menos posible. La diferencia entre tu situación actual y lo que puedes conseguir puede ser enorme, y hay muchas personas que logran convivir con sus obsesiones y hacer una vida perfectamente normal